De Offenbach a Florencia
El primer taller de piel de Montblanc, donde primaba la meticulosidad artesanal, como en la fábrica de artículos de escritura, se estableció en 1935 cerca de Offenbach, una ciudad alemana reconocida por su marroquinería. Unos cincuenta años más tarde, se inauguraba la Pelletteria Montblanc en Florencia. Situada en el núcleo histórico del comercio de piel en Italia, la Pelletteria se ha convertido en un centro de excelencia en el trabajo de la piel. Allí, nuestros diseñadores se dedican a romper esquemas, mientras que los artesanos locales, con su saber hacer, conservan tradiciones centenarias.
Una compañera para toda la vida
Todas y cada una de las piezas de piel Montblanc reúnen artesanía ancestral, tecnología pionera y diseño imperecedero. Cada fase del proceso se inspecciona en un sitio determinado: desde la creación de prototipos por parte de los diseñadores de Montblanc hasta la elección de pieles en las curtidurías florentinas en la ribera del río Arno, o el control de calidad final. Para garantizar que todas las piezas Montblanc cumplen con los estándares de calidad y durabilidad, contamos con una amplia gama de instrumentos de tecnología avanzada, como cámaras donde se simulan condiciones de calor o humedad, o un brazo robótico con el que se comprueba la resistencia de los artículos.
Artesanía y creatividad
La piel es un material único que requiere la máxima atención a los detalles. Por ello, el proceso de creación de cada pieza de Montblanc depende completamente de las habilidades y el talento de nuestros especialistas. Al conocer a la perfección las características de la piel, las maneras de cortarla y los puntos y formas específicos de ensamblaje, los artesanos son capaces de crear auténticas obras de arte. La Pelleteria Montblanc de Florencia, con más de ochenta años de experiencia, se ha convertido en un centro especializado donde se conservan y se modernizan las tradiciones y la herencia.