Todo comenzó en el año 1924. Varios clientes les pidieron a los artesanos de Montblanc una pluma estilográfica refinada «para los domingos». Los artesanos, que ya habían creado artículos de escritura únicos por su cuenta, decidieron poner sus creaciones a disposición de todo el mundo.

Vamos a 1935: aquí comienza una nueva era para Montblanc. Una nueva generación de líderes tomó las riendas de la Maison para lanzar flamantes productos e innovaciones.
La característica forma cilíndrica, el ancho anillo único del capuchón, los atrevidos diseños del clip y el plumín bicolor permitían distinguir la nueva gama de artículos de escritura Meisterstück de los modelos de los años 20 y de otros de menor precio.

Tras la Segunda Guerra Mundial, llegó un periodo de reconstrucción e innovación a finales de los años 40. Los artesanos de Montblanc eligieron un aspecto depurado completamente nuevo para la Meisterstück: el icónico diseño se hizo famoso por la forma de puro.
En 1949, llegó un clásico atemporal, al que se unieron otras dos novedades para completar el portafolio en 1950: la «Doué» y el «plumín Wing» más suave.

La presión del mercado en los años 60, con el auge de los artículos de producción masiva, supuso todo un reto para Montblanc, que tuvo que aumentar aún más la creatividad. Como resultado, se introdujo una filosofía de producción completamente nueva y más eficiente, cuyo fruto fue la Linie 60.
Esta nueva generación de modelos, en resina moldeada por inyección, destacaba por su diseño elegante. La moderna estética de la «era jet» sustituyó el antiguo estilo barroco de la Meisterstück, excepto en un caso: la imbatible 149.

Montblanc empezó los años 70 con una determinación imparable. La Maison tomó una decisión, que anticipó su firme compromiso con el lujo: recuperó la venerada forma de puro de la Meisterstück, la cual sigue conquistando corazones.